
La decisión es el cambio de la imagen de las latas, es parte de lo que llaman desde Heineken, un “mantenimiento regular” que se lleva a cabo cada 4 o 5 años, aunque en este caso en cambio es notable.
La elección de protagonismo del propio color del aluminio viene dada por su asociación a la masculinidad, tal como señalan desde la marca, además de agregar la sensación de fresco, que muchos anhelan en una cerveza.
El logo también ha sido retocado y se le ha eliminado el fondo blanco del centro, para dar sensación de transparencia, mientras señalan que la estrella roja, uno de sus elementos visuales claves, ha crecido para lograr que sea identificada a mayor distancia y con ello, dar mayor visibilidad a la marca en los locales que se consume de esta forma.
Ahora sólo falta conocer la reacción de los consumidores.
Vianey Saldaña Jacinto
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