Este comercial lanzado la semana pasada, no muestra una sola
cámara o producto en él, ni siquiera lo menciona. Todo lo que hace es
identificarse con toda persona con alguna experiencia propia.
Vemos un ejemplo perfecto de una publicidad avocada a los
sentimientos para hacer un “engagement” con sus consumidores y encantar a
posibles nuevos.
Mauricio Ríos Müggenburg
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